Uno de los mayores miedos que las personas experimentan en su vida es el miedo al rechazo. Es un miedo ancestral. La humanidad ha sobrevivido gracias a que hemos aprendido a vivir en clanes o grupos. Entonces antiguamente, si eras rechazado por tu clan se ponía en riesgo tu supervivencia. A las personas nos encanta pertenecer a grupos porque nos dá seguridad y sentido de pertenencia.
Al ponerte a cantar frente a un público puede aparecer ese miedo ancestral que te impida dar tu mejor versión y disfrutar el momento. Por eso te voy a compartir tres ideas que te pueden ayudar a encarar mejor esa situación.
La primera es ir con actitud de dar, dar de forma generosa. No vas a pedir aprobación, que sería ir desde el sentimiento de carencia, sino que vas a dar porque sos abundante. Me gusta usar la metáfora del regalo. Cuando uno quiere regalar algo, primero piensa en la persona a la que le va a regalar, piensa en que le puede gustar, prepara el regalo, que en este caso sería elegir el repertorio y ensayarlo, y luego se lo da a la persona en cuestión en un momento oportuno. Ese es el trabajo del artista preparar el regalo y darlo de la mejor manera posible, y seguramente si lo haces de forma generosa y auténtica tu público te va a dar su aprobación, y si así no fuera igualmente podes estar en paz porque hiciste lo mejor que podías.
La segunda idea es ir con la actitud de ser un eterno aprendiz. Te podes preguntar ¿ Que puedo aprender yo de esto?. Cada presentación puede ser una clase de la podes sacar aprendizajes valiosos. Además si mantenes esta actitud vas a ir mejorando inevitablemente. Los japoneses usan la palabra Kaizen para referirse a la actitud de mejora constante. Y por eso es que las empresas japonesas siempre están entre las mejores del mundo.
La tercera idea es la de hacerte responsable de tus decisiones. Si te pones a cantar frente a otros es solo porque vos lo decidiste así. Ahora bien, sería bueno que te preguntes por qué tomaste esa decisión. Uno puede decidir desde el amor o desde el miedo. Decidir desde el amor es poner el foco en lo que te gusta e ir en busca de ello y decidir desde el miedo es poner el foco en lo que no te gusta y querés evitar. Sería importante que te preguntes si cantar es algo que elegiste porque te dá placer o si lo haces solo para complacer a otras personas o para pertenecer a cierto grupo.
Estas son las tres ideas que te quería compartir. Recordá siempre que a las ideas hay que ponerlas en movimiento para obtener resultados y que la práctica hace al maestro...
Déjame tu comentario, me interesa escucharte...